Harvey e Irma desnudaron el Capitalismo

Los huracanes Harvey e Irma, que devastaron gran parte de Texas, Florida y países del mar Caribe, han dejado al Capitalismo en ropas intimas. Un sistema que no puede reaccionar en medio de una crisis ambiental que mantiene el planeta en emergencia, porque la vida del capitalismo son las finanzas. Si las crisis financieras se resuelven automáticamente, según los grandes economistas, en el caso del planeta Tierra, no. 

El Capitalismo no puede resolver la contaminación de los océanos de las descargas de fibras de plástico de alimentos y bebidas, los huracanes tampoco, porque no son señales ni necesidades del mercado. 

El Capitalismo, el mayor depredador de los recursos de la tierra no le importa los efectos colaterales: especies en extinción, ríos convertidos en cloacas, destrucción de los acuíferos, enormes extensiones de bosques talados, etc. para satisfacer a un mundo consumista que ellos mismo crearon.

Los recientes desastres naturales que han azotado a los países del Caribe y a Estados Unidos, muestran que cuando se desafía a la naturaleza la respuesta es segura y no debemos pensar que la crisis ambiental se auto-corrige como lo hace el mercado, según la teoría de Greenspam, o como dice el neoliberal Milton Friedman que "los valores ecológicos pueden encontrar su espacio natural en el mercado, como cualquier otra demanda del consumidor", esto por su puesto, es un falso mensaje porque los desastres naturales no son una mercancía más, ni señales o necesidades del mercado.

La furia de la naturaleza es impredecible, no se sabe cuánto daño cause en su ajuste de cuentas periódico; es un enfoque equivocado compararlo con un mercado regulado. Si un sistema de mercado no regulado se puede convertir en un desastre financiero mundial, el colapso ambiental se puede convertir en una terrible arma que puede acabar con gran parte de la población, cosa que el Capitalismo no ha podido resolver con su inmenso poder económico que amenaza la existencia de la humanidad, de hecho, es parte del problema.

Donald Tump niega que haya recalentamiento global y que en el planeta no pasa nada; detrás de esas aseveraciones hay una doble intensión, seguir contaminando el ambiente y sacarle hasta la última gota de zumo a la naranja y aumentar sus riquezas; poco se dan cuenta que están cortando la rama donde están sentados.

El mundo en general está obsesionado por los bienes y servicios que ofrece el capitalismo. Su propaganda abusiva, agresiva y melosa se clava en el alma de la población y lo convierte en consumidor impulsivo; tarde se darán cuenta que están esclavizados comprando cosas que no necesitan que son reemplazadas por otras al poco tiempo, y no perciben que están llenando de basura el planeta. 

Esto está teniendo un efecto adverso en la naturaleza porque depredan sus recursos para satisfacer la demanda esos bienes y servicios que cada cierto tiempo les manda señales por medio de desastres naturales que el mundo de los mega negocios lo ignora.

El neoliberalismo, la parte más extrema del capitalismo, niega la gravedad de una crisis ambiental y la asemeja al mito de que una  crisis del sistema financiero de los mercados se autorregulan, contribuye a que no se tomen las medidas necesarias. 

Harvey e Irma, que causaron daños materiales y dejó mas de medio centenar de victimas mortales a su paso, ha desnudado el capitalismo que no tiene el poder para enfrentar un desastre natural ni el interés de cuidar y proteger el planeta ni su ecosistema.



Por José Cevallos
redactor de noticias de

NOTIMUNDO