La causa principal de las guerras no es la religión, si elimináramos la religión, no pensemos que dejarían de haber guerras, las guerras se pelean por intereses económicos. Las religiones han sido usadas por el poder político para aglutinar masas, mantenerlas sumisas y justificar conflictos a través de los tiempos: la religión jamás traerá paz a la tierra.
Es innegable el hecho, que la religión divide a los seres humanos y los mantiene en la más densa oscuridad de la ignorancia, mientras sus líderes banquetean al lado de reyes y grandes personalidades. Se olvidan del papel que deben cumplir en la sociedad, de amar al prójimo y educarlos, si afirman que son los Iluminados de Dios.
El odio religioso a conducido a grandes matanzas religiosas, entre cristianos, budistas, hindúes (como el caso de Myanmar), judíos y musulmanes que mantienen una rivalidad permanente.
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Símbolos de algunas religiones |
Las religiones principales son una franquicia que están representadas por sectas alrededor del mundo que se cuentan por miles, con el único fin: dividir a la humanidad.
El conflicto en Oriente Medio es prueba que el poder económico y político, está usando el fanatismo religioso árabe, convertido en terrorismo como carne de cañón para tomar posesión de las riquezas de la región, mientras ellos observan de cerca.
Las alianzas político-religioso ha hecho vulnerable a la religión de la ambición del poder político-económico que no mide las consecuencias de la guerra y el sufrimiento de la gente, y permanecen callados cuando corren ríos de sangre en alguna parte del planeta. Como señaló un equipo de historiadores que “es más probable que la religión sea una fuerza para la guerra cuando el Estado mantiene fuertes alianzas con ella”.
Las guerras modernas se pelean con el fervor fanático religioso como soldados de avanzada para "inspeccionar" el terreno y romper filas. Preparan a soldados como mercenarios y terroristas para dar comienzo a guerras de larga data, que también es un buen negocio para la venta de armas. Mientras exista el poder político y religioso, tendremos un mundo lleno de violencia y desorden. Dos ingredientes que se han unido para destrozar el mundo.
Por José Cevallos, redactor de
NotiMundo
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